"Dale poder al hombre y te demostrará quien es en realidad."
Hay gente bien hijueputa.
Vos, por ejemplo.
"Dale poder al hombre y te demostrará quien es en realidad."
Hay gente bien hijueputa.
Vos, por ejemplo.
A veces esto de "borrar gente de nuestras vidas" se convierte en algo literal.
Yo le tengo terror a cantar en público.
No se cantar. Nunca he llevado clases, no se como hacerlo y que suene bien.
Amo cantar. En mi casa, en el baño, en el carro. Donde nadie me escucha, donde nadie sabe que la que canta soy yo.
Odio cantar y que la gente me escuche. Sólo canto frente a gente que le tengo mucha confianza y hago todo lo necesario para que la gente crea que suena feo porque estoy bromeando y no porque de verdad suena así de mal.
La última vez que intenté cantar en público estuve muy cerca de desmayarme, estoy hablando en serio. Tuve un mini ataque de pánico. Tuve que salir de la habitación, regular mi respiración, tomar agua y llorar. Lloré mucho. No se si alguien se dio cuenta, pero fue más grave de lo que vieron ese día, en ese momento.
Para mí cantar en público es el momento donde una persona está más expuesta, más vulnerable. Dicen que crecer significa vencer los miedos y para mí, cantar en público, sería algo peor que vencer a la Indominus Rex en pleno tornado F5. (Si usted no conoce estas referencias por favor no trate de hacerme cantar en un karaoke... y estoy hablando en serio).
Tengo muchos amigos cantantes, tengo aún más amigos a los que les gusta el karaoke. No sé cuantos de todos me han escuchado cantar, incluso creo que nunca canté frente a alguno de mis exnovios. Así que si usted me ha escuchado cantar siéntase privilegiado, requiere de mucho esfuerzo mío y mucha buena vibra suya para que eso suceda.
"El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo."
Hoy hay noche sin lluvia,
mañana es mar
y es tierra.
Ya no hay frentes,
ni bocas,
sólo queda un cuerpo
suelto, esperando
que lo lleve el viento
galopando,
ese que pasa
y que lleva lejos.
Hoy el viento corre
no hace falta que busque
entre las sombras.
Aquí está el cuerpo,
tendido, esperando
que sople el viento.
Cuando se quiere hablar pero no se puede, cuando se quiere ver pero tampoco es posible y mucho menos sentir, bastaría solamente con oler, el olor calma el llanto y rellena el vacío en el corazón hasta que la fragancia se disipa y extrañamos nuevamente.
Soy un zorro -dijo el zorro.
No puedo jugar contigo -dijo el zorro- no estoy domesticado.
Es una cosa bastante olvidada -dijo el zorro- eso significa crear lazos.
Y yo no tengo necesidad de ti. Y tú tampoco tienes necesidad de mí. Pero si tu me domesticas entonces tendremos necesidad uno del otro. Serás único para mí en el mundo y yo seré para ti único en el mundo.
Nada es perfecto -suspiró el zorro.
Mi vida es monótona. [...] Me fastidio, pues, un poco. Pero si tú me domesticaras, mi vida estaría llena de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. [...] El tuyo me llamará fuera de la cueva, como una música.
¡Si quieres, domestícame!
Hace falta ser muy paciente -respondió el zorro-. Te sentarás primero un poco lejos de mí [...]. Yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte más cerca...
Si tu vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres empezaré a ser feliz. A medida que la hora se acerque me sentiré feliz. A las cuatro ya me agitaré y me inquietaré: ¡descubriré el precio de la felicidad! [...] Hacen falta los ritos.
-Es también una cosa demasiado olvidada -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas.
Así, el principito domesticó al zorro.
Adiós -dijo el zorro- He aquí mi secreto. Es muy sencillo: Solo se ve con el corazón. Lo esencial es invisible ante los ojos.
Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro- [...] Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado.
El zorro es, sin lugar al duda, mi personaje favorito. Demasiada audacia y sabiduría en un mismo ser.