miércoles, 13 de mayo de 2015

Mi historia #WSSenCR


Hace cerca de un año comenzó #WSSenCR, para esas fechas nadie se imaginaba en lo que este proyecto se iba a convertir, y mucho menos en lo que iba a significar para tantas personas.



Yo siempre he sido soñadora, de esas que se imaginan y se ilusionan en futuros que son, para la mayoría de las personas, imposibles. He sido también un ser pasional, que toma decisiones según estímulo; escogí mi profesión porque no me gustan las oficinas, nunca me ha gustado estar encerrada y porque me encanta conocer lugares y conocer gente, además si es algo a lo que me voy a dedicar toda la vida debería gustarme, ¿o no?

El asunto es que cuando uno crece y adquiere responsabilidades de adulto, ser pasional y soñador nunca es la opción más "rentable". Varias veces sacrifiqué mi motto de ser feliz con tan de pagar las cuentas y varias veces me vi renunciando a la estabilidad económica a cambio de ser feliz.

Renunciar a la estabilidad económica es un juego de azar, donde se apuesta el todo por el todo o no hay juego. Pasé año y medio sin conseguir trabajo y odiando el universo porque iba a entrevistas de trabajos que no quería hacer pero que necesitaba y no me llamaban a pesar de que yo sabía que podía hacerlo y hacerlo bien.

Cada entrevista era una lucha interna entre, nuevamente, sentirme feliz conmigo misma de manera plena pero sin plata o estar bien económicamente y no estar taan contenta. Era una lucha entre renunciar a mis sueños y a todo lo que había querido hacer con mi vida a cambio de esa estabilidad que se requiere para comprar casa, carro y pensar en formar una vida en pareja o en familia (esas cosas que se hacen cuando se es adulto).

Un año y medio donde no sabía que rayos hacer con mi vida, un año y medio que pasé llorando y nadie se dio cuenta. Y de repente apareció Silvia, amiga y ex-compañera de la U, que se había ido a Londres para hacer su sueño realidad (imaginen la envidia). Llegó con una propuesta que me golpeó directo en la cara: "Vivi, tengo un proyecto grande en mente y ocupo un productor audiovisual, ¿conocés a alguien?, ¿vos que énfasis escogiste?", y yo simplemente le dije "Ok, reunámonos". Año y medio de puro llanto y de repente, sin andarlo buscando, aparece EL proyecto de la vida, así, de la noche a la mañana, yo no se ustedes pero para mí eso fue una respuesta divina.

El proyecto resultó ser lo que hoy es West Side Story, un sueño "imposible", en el que poca gente creía; un proyecto que no se podía hacer del tamaño y de la calidad que nosotros queríamos porque "estamos en Costa Rica".

Sí, durante el camino nos encontramos a mucha gente que nos dio la espalda, que nos cerraba la puerta en la cara o que simplemente se burlaba de nosotros, pero también nos encontramos un montón de gente con sueños similares a los nuestros, con ganas de trabajar y con ganas de demostrar que sí se puede. 

Nos encontramos gente apasionada y entregada a sus sueños como nosotros, gente que también estaba arriesgando el todo por el todo con tal de ser feliz y también gente que ya había perdido la esperanza y que necesitaba ser rescatada, yo era de ese grupo.

West Side Story, más allá de ser por mucho el trabajo más chiva en el que he estado a nivel profesional, también es el más maravilloso proceso que he llevado a nivel personal. Porque me demostró que nunca es tarde, que al chile no hay que rendirse, que la espera también es parte del proceso de aprendizaje y sobretodo que los sueños se pueden cumplir.

A Adrian y a Silvia: ¡Gracias! De verdad gracias por dejarme ser parte de esto, por creer en mí y por rescatarme. ¡Puta! ¡Cómo los quiero!
Al elenco de WSS: Bebés los amo, no se imaginan lo lindo que es haberlos conocido y haber encontrado una familia con un mismo sueño.
Al equipo creativo: Siéntanse orgullosos, lo que acabamos de hacer significa el primer paso de grandes cambios que vienen en el quehacer artístico nacional.

¡Gracias y excelente trabajo a todos!

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