lunes, 4 de julio de 2016

Te fuiste con mi sol

Me despedí dos veces, las únicas dos veces que se podían, porque uno no puede decir adiós cuando ya no hay nadie.

Me despedí dos veces, ambas con un café en la mesa esperándote, negro y con azúcar, dos cucharaditas o dos veces dos.

Me despedí dos veces, la primera vez confundida y la segunda completamente entendida.

Me despedí dos veces, para la primera me recibió el alba, para la segunda te fuiste en pleno atardecer y de los mejores atardeceres que he visto en mi vida.

Me gusta pensar que te fuiste con el sol, el sol que se me fue la primera vez que dije adiós.

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